miércoles, 22 de octubre de 2008

La Profecia II Parte

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fué menospreciado, y no lo estimamos.


Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.


Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.

Isaías 53:3-5





La Salvación 2 Capitulo

La Profecia II parte.


Esta es la promesa, del Dios vivo a la humanidad.


La simiente esperada desde el Génesis, seria un Varón nacido de Mujer, de una Virgen.


La profecía lo señala y describe como un hombre de dolores y experimentado en el quebranto. Sería El quien soportaría por nosotros lo insoportable, sería El quien recibiría nuestro castigo por nuestro pecado, sería El quien derramaría la sangre por completo, para salvar nuestras vidas.


Amigo, el sacrificio supremo ya lo hizo Dios al entregar a su Hijo Eterno a morir en un madero, El sacrificio enorme lo hizo nuestro Señor al morir en esa cruz. Tú y yo, solo debemos creer en su Nombre, creer que El Padre Jehová de los Ejércitos le envió a esta tierra para cumplir su palabra dada a Adán y Eva en el Principio, la promesa de un Salvador y Redentor del Mundo.


Gracias a Él hoy podemos ser Salvos por la fe en Jesús. El camino al Padre es solo El.


Acepta a Jesús en tu corazón como tu Único y Suficiente Salvador, para que recibas la Vida Eterna y el Descanso para tu Alma.



Oremos así, con Fe:


Señor Jesús, te pido perdón por todos los pecados que he cometido hasta este día, te pido me perdones y me laves con tu Preciosa sangre, escribe mi nombre en el libro de la Vida, y séllame con tu Espíritu Santo, y ayúdame Señor a seguirte y obedecerte sin volver atrás, te recibo como mi Único y Suficiente Salvador, Gracias Dios por haber muerto por mi en la Cruz, Gracias por esta oportunidad de conocerte, Gracias Señor, Amén.




Continúa…







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