viernes, 24 de octubre de 2008

La Profecia IV Parte








Y tú, Belén, de la tierra de Judá,


No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;


Por que de ti saldrá un guiador,


Que apacentara a mi pueblo Israel





Miqueas 5:2-5


La Salvación 2 Capitulo

LA PROFECIA IV

Cuando vemos en lo natural a las Ovejas del campo, vemos como su naturaleza, de mas de 800 clases de ovejas a nivel mundial, es una naturaleza dócil, y calmada. Además no tienen medios de defensa naturales que les permitan pelear contra sus enemigos naturales, como lobos, zorros y leones de montaña quienes las cazan y hacen parte de su dieta.

Por esto es necesario que el rebaño de ovejas sea cuidado y protegido, sea defendido por un Pastor las 24 Horas del día. Una de las tantas funciones del pastor, es Apacentar al rebaño, es decir darle paz a las ovejas. Debido a su naturaleza e indefensión natural, las ovejas son asustadizas, temerosas, nerviosas y ante la más mínima causa pueden perturbarse y agitarse haciéndose daño entre ellas mismas. Por esto el pastor entonces les consuela, les acaricia y calma con su mano y con su voz y con su cayado.

Así también Dios ve al Hombre, como un rebaño de ovejas en su campo. Por esto ha enviado Un guiador que apaciente a su pueblo, es decir alguien que lo pastoree y de paz.

Debemos dejar que Jesús nos de esa paz que necesitamos. Cuantos problemas vienen cada día, cuantas dificultades, en la empresa, en la casa, en los estudios, en la calle. Hoy sencillamente NO hay paz en la tierra, por que el hombre no ha querido venir al Pastor de las Ovejas.


Ven a Jesús esta mañana, y permite que sea El mismo quien te de La Paz, la Paz de Dios, deja que El mismo pase su mano sobre Ti, deja que El mismo te de seguridad con Su voz, déjate Pastorear por Cristo, y hallaras el reposo y descanso a tu Alma. NO lo dudes más, ven a Jesús.

Oremos así, con Fe:

Señor Jesús, te pido perdón por todos los pecados que he cometido hasta este día, te pido me perdones y me laves con tu Preciosa sangre, escribe mi nombre en el libro de la Vida, y séllame con tu Espíritu Santo, y ayúdame Señor a seguirte y obedecerte sin volver atrás, te recibo como mi Único y Suficiente Salvador, Gracias Dios por haber muerto por mi en la Cruz, Gracias por esta oportunidad de conocerte, Gracias Señor, pastoréame y dame la paz que tanto necesito y anhelo, Amén.




Continúa…












































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