martes, 30 de junio de 2009

AMOR MAS DULCE QUE EL VINO

Fue compuesta por una señorita mexicana que le dio alas a su imaginación e incitó a otros a que disfrutaran apasionadamente de algo que ella misma aún no había disfrutado. Posteriormente ella compondría más de 250 canciones que se harían populares en las voces de un buen número de cantantes; pero fue esta canción la que más satisfacciones habría de darle, convirtiéndose en su carta de presentación alrededor del mundo. En 1941 la grabó por vez primera el tenor mexicano Emilio Tuero, y tres años más tarde, en plena Segunda Guerra Mundial, se convirtió en la melodía universal con la que más se identificaban las parejas que tenían que separarse a causa de la guerra.

La propagaron inicialmente en el ámbito internacional Andy Russell y Nat King Cole; pero llegarían a interpretarla también centenares de artistas y orquestas de renombre, tales como los Beatles, Frank Sinatra, Elvis Presley, Plácido Domingo, José Carreras, Andrea Bocelli, Julio Iglesias, Luis Miguel, Lucho Gatica, Pedro Vargas, Pedro Infante, Javier Solís, João Gilberto, Caetano Veloso, Frankie Laine, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Trini López, Diana Ross, Linda Rondstadt, Sara Montiel, Magdalena Zárate, Montserrat, Diana Krall, Luis Mariano, Paul Mauriat, Richard Clayderman, la Orquesta Sinfónica de la Piazza di San Marcos, Venecia, la Orquesta Sinfónica de Frankfurt, la Orquesta Filarmónica de Londres, y los Coros del Distrito Ruso.

De ahí que, en 1999, Univisión la denominara «La canción del siglo», y que la Sociedad de Autores y Compositores de México, que calcula que se han producido alrededor de mil versiones de la canción en cuarenta idiomas, le rindiera homenaje a su querida autora con motivo de su muerte, declarando el 2005 «El año de Consuelo Velázquez».1

Era de esperarse, entonces, que este romantiquísimo bolero figurara entre las veinte canciones populares favoritas de todos los tiempos, ocupando el puesto número diecinueve en nuestra encuesta:

Bésame, bésame mucho,
como si fuera esta noche la última vez.
Bésame, bésame mucho,
que tengo miedo a perderte, perderte después.
Quiero tenerte muy cerca,
mirarme en tus ojos y estar junto a ti.
Piensa que tal vez mañana estaré muy lejos,
muy lejos de aquí.
Bésame, bésame mucho,
como si fuera esta noche la última vez.
Bésame, bésame mucho,
que tengo miedo a perderte, perderte después.

En el libro del Cantar de los Cantares, la novia le dice al novio: «Bésame una y otra vez, pues tu amor es más dulce que el vino.» 2 Así se expresa ella porque sabe que el amor que vale, el amor conyugal que diseñó Dios, es tan dulce y tan puro como lo es el amor que Él quiere prodigarnos a cada uno si le damos la oportunidad, tal como lo afirma el profeta Isaías: «Como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.» 3


1Ana Cecilia Pujals, «2005, El año de Consuelo Velázquez» En línea 7 febrero 2008.
2Cnt 1:2 (La Biblia al Día)
3Is 62:5 (RVR)

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